jueves, 2 de diciembre de 2010

!!Promoviendo la participación de adolescentes y jóvenes para la transformación social¡¡


!!Promoviendo la participación de adolescentes y jóvenes para la transformación social¡¡

                 Construyendo herramientas para la participación

Los rasgos que caracterizan la sociedad actual, y dentro de ésta la realidad de las y los niños, adolescentes y jóvenes requieren de un gran esfuerzo para lograr una mayor compresión del panorama. Asimismo se plantea un enorme desafío en la búsqueda de lineamientos y estrategia que estén en correspondencia con las necesidades y expectativas de este sector de la población; que permita la garantía del pleno ejercicio de sus derechos humanos establecidos en la constitución y en tratados y convenios internacionales; tales como el derecho a la participación para incidir en las políticas, programas y acciones que afecten su vida social y comunitaria.
En este contexto es esencial tener en cuenta lo que dicho Krauskopf (1995), cuando expone que: “El desarrollo adolescente se da en una delicada interacción con los entes sociales del entorno; tiene como referente no sólo la biografía individual, sino también la historia y el presente de su sociedad. Es el período en que se produce con mayor intensidad la interacción entre las tendencias individuales, las adquisiciones psicosociales, las metas socialmente disponibles, las fortalezas y desventajas del entorno”.
De manera que, al momento de considerar o abordar este asunto es vital observar las condiciones que rodean, tanto en el plano material como en lo emocional al mundo juvenil. Esas condiciones por razones generacionales y psicoafectivas, difieren radicalmente del mundo de los adultos, y muchas veces se confrontan. El llamado “rebelde sin causas” es un ser que atraviesa por una etapa de la vida, él cual en medio de sus deseos de libertad, también está en construcción de su identidad en todos los ámbitos. Se da el mismo el  desarrollo de un proceso biológico y social que muchas veces poco comprendido por padres y maestros, y en general por el mundo adulto.     
La presente fase de la modernidad identificada  como la globalización ha conllevado a que los adolescentes y jóvenes se encuentren expuestos a influencias multiculturales, que éstos por su condición de sujetos en desarrollo no controlan. Se ha roto la homogeneidad de las culturas y por consiguiente, la inmovilidad de los roles (hoy solo el idioma y las condiciones sociales son las únicas barreras). Se ha facilitado la diseminación de avances en el desarrollo humano como la inclusión prioritaria de los derechos humanos en la política y en la legislación. Son avances de la humanidad que todavía no terminamos de digerir; su lectura resulta de difícil comprensión para muchos, sobre todo para el sector público.  
En la época actual como señala Krauskopf (Op cit) existe mayor facilidad de aprendizaje en los grupos de jóvenes que en los adultos para adquirir rápidamente conocimientos y habilidades sobre tecnologías innovadoras. Esta  limitación está presente no solo en relación a sus padres, sino –peor aun- con sus maestros y profesores quienes pierden terreno en ese plano de la comunicación, creándose así un desnivel entre la escuela y estos nuevos medios de comunicación; desventaja que ya existía con relación a la TV, por ejemplo.    
Todo este avanza de la humanidad que suponen las nuevas tecnologías, paradójicamente tiende construir un mundo que el plano social muestra enormemente sus diferencias. Las sociedades más avanzadas tienen un mayor monopolio de estas herramientas, mientras que las en vías de desarrollo están rezagadas. Lo mismo ocurre entre los grupos sociales, a pesar de la ilusión y apariencia que produce el consumismo. Sobre este asunto Lechner (1997) dice que: “Los medios de comunicación y la electrónica producen realidades virtuales que, a su vez, contribuyen a una mayor aproximación y articulación internacional para los grupos de más recursos económicos y mayor aislamiento para los sectores más pobres. Los grupos de menores recursos, van quedando alejados de los avances”.

El cambio en los paradigmas y su impacto en la juventud

Develar todas circunstancias y hechos que rodean el tema niñez, adolescencia y juventud, o entender los paradigmas relacionados con este sector implica un reto que para comprender las políticas, programas y acciones hacia estos grupos etario requiere valorarles desde la perspectiva de Krauskopf (Op cit) quien dice esta es vista: “por diversos paradigmas, que se han modificado con el correr de los tiempos y que actualmente coexisten. Hemos clasificado los paradigmas como tradicionales, a los que destacan la adolescencia como un período preparatorio; transicional, a los que enfatizan la juventud problema y avanzados, a los que reconocen a los y las adolescentes como ciudadanos y actores estratégicos del desarrollo”. Entendido así el asunto este se plantea de la manera siguiente:

Como período preparatorio

Desde este paradigma se identifica el tiempo de adolescencia y juventud como un período preparatorio, estos son percibidos fácilmente como niños grandes o adultos en formación. Tal enfoque se sustenta en el paradigma que enfatiza la etapa de adolescencia y joven como un período de transición entre la niñez y la adultez. Le corresponde la preparación para alcanzar apropiadamente el status adulto como la consolidación de su desarrollo. En dichos conceptos se aprecia un vacío de contenidos para la etapa propiamente tal.
Para superar esta visión y entender mejor el fenómeno del desarrollo adolescente-juvenil debe tomarse la orientación de Lütte (1991) quien aclara que: "La rapidez de los progresos técnicos y científicos obligan a los adultos a una formación permanente. Por lo tanto, cada vez es menos posible distinguir la adolescencia de la edad adulta en función de la preparación para la vida".
En este paradigma se considera a esta población como carentes de madurez social e inexpertos. Implícitamente se les niega el reconocimiento como ajustes sociales, una postergación de los derechos de los niños y adolescentes. En la mitad del siglo XX se da la extensión de la adolescencia a todos los grupos sociales, junto con la extensión de la cobertura educativa y comienzan a mortificarse las relaciones de género.

Etapa problema 

Estos paradigmas conocidos como transicionales, también se denominan esta parte de la vida como: "la edad difícil". De allí que no sea de extrañar que su visibilización programática haya tenido origen en manifestaciones preocupantes para el acontecer social.
Los problemas de salud sexual y reproductiva  ponen la adolescencia y la juventud en el tapete como sujeto prioritario de atención de la salud. A partir de ello otros comportamientos fueron considerados dignos de ser atendidos. Se descubre que una impactante proporción de las muertes durante la adolescencia se producen por las llamadas causas externas. Se modifica así el paradigma que establece la equivalencia adolescencia = edad más sana" por el paradigma "adolescencia = etapa de riesgo" y se focaliza la atención de los y las adolescentes de acuerdo al problema específico de que son portadores.
La prevención y atención se organiza para la eliminación de estos problema y peligros sociales más que para el fomento del desarrollo integral de los grupos de adolescentes y jóvenes (Krauskopf, 1997). La evaluación que se ha hecho de esta práctica de intervención, demuestra que un enfoque basado en la enfermedad y los problemas específicos tiene efecto positivo en el desarrollo humano adolescente e involucro un alto costo económico (Blum, 1996). A esto puede agregarse que el énfasis en el control favorece la estigmatización criminalizante de la juventud.

Etapa de desarrollo humano y ejercicio de la ciudadanía

En esta etapa se crean las condiciones para establecer, de modo claro y explícito, donde los niños, adolescentes y jóvenes tienen derecho a la ciudadanía, recogidos  en la Convención de los Derechos del Niño el instrumento de mayor aceptación en el mundo, pues todos los países, salvo uno, la han ratificado y en la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (LOPNNA). El concepto de ciudadanía también ha ido evolucionando. Ya no sólo es la ciudadanía formal de ejercer el derecho al voto a partir de los 18 años. Este supone un avance que se manifiesta en un reconocimiento diferenciado recogido en diversos programas y en nuevos Códigos (Leyes) de la Niñez y la Adolescencia. La valoración de las capacidades y responsabilidades ciudadanas durante el desarrollo se expresan en el artículo 12 de la Convención al señalar que deben tenerse en cuenta las opiniones del niño en función de su edad y madurez. Se legitima así la participación en la toma de decisiones en asusto de su interés como parte sustantivo de la ciudadanía.
El enfoque de derechos supera así el énfasis estigmatizante y reduccionista de la niñez, adolescencia y juventud como problema. El paradigma de la juventud ciudadana reconoce su valor como sector flexible y abierto a los cambios, expresión clave de la sociedad y la cultura global, actor estratégico del desarrollo, con capacidades y derechos para intervenir protagónicamente en su presente, construir democrática y participativamente su calidad de vida y aportar el desarrollo colectivo,
Concomitantemente, la salud se vincula al desarrollo y los servicios procuran brindar una atención integral, Se reconoce el paradigma "Desarrollo = fomento del uso efectivo de capacidades y participación" y entiende la adolescencia como el período por excelencia en el cual se pueden efectuar con éxito acciones de promoción del desarrollo y la prevención de problemas que tendrán repercusiones más severas durante la adultez, si no son abordadas a tiempo Krauskopf, (1998).
Para sintetizar este apartado presentamos un cuadro que muestra esquemáticamente la relación entre los tipos de paradigma, la relevancia de la perspectiva de desarrollo y los modelos de atención para la adolescencia que derivan de ello.



Paradigmas de Adolescencia
y enfoque de programáticos

Paradigmas
Orientación
Salud de la Adolescencia
Estrategias de atención
Tradicionales
Preparación
Edad más sana
Indiferenciada
Transicionales
Problema
Etapa de riesgo
Focalizada
Avanzados
Ciudadanía
Desarrollo
Integral y Participativa
Dina Krauskopf, 1998
Estos roles han cambiado y dejan en evidencia que los visiones tradicionales en la construcción de la feminidad y la masculinidad, constituye hoy un factor de riesgo para la plenitud del desarrollo y la salud adolescente y en limitación a la promoción de competencias de autocuidado mutuo. Ejemplo que se da en el plano de la sexualidad. En la medida que se mantengan los roles tradicionales de género, las muchachas considerarán que lo más valioso que pueden tener es la inexperiencia que prueba su inocencia; mientras los muchachos tendrán que probar los viriles que son y buscarán afirmarse en una sexualidad indiscriminada, descuidada y poco afectuosa. En este contexto la exigibilidad de los derechos llevará a un nuevo concepto de participación y replantea las formas de interacción que caracterizaban discriminatoriamente las relaciones intergeneracionales.

Impulsar la participación juvenil en la toma de decisiones

La participación juvenil envuelve el reconocimiento y alimentación de las fortalezas, intereses y habilidades de los jóvenes al ofrecer oportunidades reales para que se involucren en las decisiones que los afectan como individuos y grupos. Si los adolescentes y jóvenes de ambos sexos de las comunidades populares siente y asumen que pueden tener y tienen el control de su entorno, y que por tanto, son capaces de tomar decisiones para llevar a cabo decisiones que mejores la calidad de vida en el barrio, caserío, centro de estudio o lugar de trabajo; entonces podemos recorrer el camino de una verdadera participación, donde además, deben imperar valores de toleración, no discriminación, pluralidad, independencia y autonomía manejados por prácticas y actitudes democráticas. La participación de los adolescentes y jóvenes debe apostar a la inclusión de todos, al desarrollo con justicia de la vida en comunidad. 
En este sentido, construir mecanismos de verdadera promoción de la participación supone involucrarse en procesos de exigibilidad de derechos a través del aprendizaje en la acción cotidiana desde la realidad comunitaria. Este es un asunto que solo se aprende en la cotidianidad. La participación supone un ejercicio permanente de la misma. Un construir en colectiva y una búsqueda en común y articulada de bienestar para todos. Ser actores en espacios de participación verdadera es formar parte de unas relaciones de cooperación solidaria lo mas ajena a manipulaciones de cualquier índole. Una participación que ocurre con el mundo de los adultos y no contra ellos, donde prevalezca el respecto y la confianza.
“Por medio de la participación juvenil en la toma de decisiones, los jóvenes y adultos pueden aprender mutuamente y encontrar soluciones más relevantes y efectivas” (ASCM-2003).


La participación y sus distintas formas de ejercerla.

Lograr que el proceso de participación de los niños, adolescentes y jóvenes sea efectivo, implica en primer lugar: entender que esta es pertinente y que tiene un valor y una importancia estratégica para la comunidad y en segundo lugar: tener conciencia de que esta es un derecho que tiene este sector de la población como parte de su desarrollo integral.  En este plano es necesario partir de que, el momento de la participación es un tiempo y mundo de ensayo, desde donde se aprende de los errores e la búsqueda de aciertos. Implica tener claro también, que se puede hablar de participar pero ir en la vía contraria a ésta. Por consiguiente debe observarse que existen diversas formas y tiempos llevarla a cabo.

Acerca de lo antes dicho, Hart (1993) elaboró una escala de participación de niños y adolescentes donde considera el rol desempeñado por los adultos. En ella  pueden reconocerse dos grandes dimensiones que se denominan participación aparente y participación genuina. En la primera solo hay presencia desde una orientación adultocéntrica y no hay participación. Se distinguen tres grados:
a) Participación aparente
1) manipulación
2) decoración y
3) participación simbólica.
b) Los grados siguientes corresponden a niveles crecientes de participación genuina. Estos son:
4) los niños y adolescentes son asignados para las actividades, pero informados
5) los niños y adolescentes son consultados e informados
6) la participación es iniciada por los adultos y las decisiones compartidas por los niños y adolescentes
7) la participación es iniciada por los niños y adolescentes; dirigida por los adultos
8) la participación es iniciada por los niños y los adolescentes, las decisiones son compartidas con los adultos.

De modo que la búsqueda y construcción de mecanismos que conduzca a lograr una real participación de los jóvenes, pasa por tener presente lo que no es participación. Esto incluye, observar las causas que motiva en esa no participación. Qué bien puede ser por no entender la realidad; que lo que intente no sea expresión de los intereses de la población de adolescentes y jóvenes o porque esté mediado por intereses políticos o económicos ajenos a la comunidad. Superar esta deficiencia pasa por construir el enfoque o estrategia de participación con los adolescentes y jóvenes; nunca aislados de ellos, pues los mismos son el eje esencial, los actores de su propio proceso.  

Pero también esto supone entender que cada adolescente y joven tiene maneras distintas de comprender el asunto, y que esa visión es la expresión de sus intereses. Tener en cuenta esto es esencial en el desarrollo de cualquier proyecto. En consecuencia, tal participación tendrá diferentes momentos y secuencias. Es decir que en la participación puede darse de diferentes formas. Por ejemplo: A) un momento donde los adolescentes y jóvenes se involucrar según surgen determinados temas o actividades de su interés y que se les brinde oportunidad. B) un tiempo donde existe estructuras en organizaciones que garantizan una acción continua donde existe un desarrollo de destrezas y capacidades y existe formas claras para que esta población se involucre y C) un espacio un espacio donde existe grupos coordinadores que identifican, conectan y articulan a otros grupos organizaciones de adolescentes y jóvenes dentro de la comunidad. Es una red de jóvenes que debe disponer de recursos formativos para que tenga éxito.




Tipos de participación según Hart



Cubo: Simbólica
 

1)     La Escalera de Roger Hart
No participación
Los niños, adolescentes y jóvenes solo participan como espectadores, en la lectura de un texto, llenando un escenario, pero no tiene incidencia en el proyecto.
 
 


















1) La Escalera de Roger Hart



















Criterios o factores moduladores de la participación, según Trilla y Novella


2)     Jaume Trilla y Novella

Cubo: Metaparticipación: Los propios niños, (adolescentes y jóvenes)  piden, exigen generan nuevos espacios y mecanismos de participación
Cubo: Participación consultiva: Supone el escuchar a los niños, (adolescentes y jóvenes) sobre asuntos que directa o indirectamente les concierne. –Solicitar la opinión: sondeo, encuestas, cuestionarios no necesariamente tenidos en cuenta. -Consulta donde se tienen en cuenta las opiniones para la toma de decisiones. –Participación consultiva vinculante: es decisiva para la toma de decisiones para el asunto de que se trate.
 



















Cubo: Participación proyectiva: los niños, (adolescentes y jóvenes) siente como propio el proyecto y participan de todos sus momentos. Los niveles se dan con base a la participación del adulto en el proyecto. Escala de Hart.
Cubo: Participación simple: tomar parte en un proceso como espectador o ejecutante sin haber intervenido en su preparación. –Hacer acto de presencia: No de personas que participaron. Implicación en el evento. Jugar, cantar, aplaudir, etc. Realizar actividades bajo la dirección de los adultos.
 




















Aclaratoria necesaria:

El presente material tiene como fin servir de apoyo a las labores formativas del Colectivo CEIDES; las cuales están destinadas a promover la participación de los niños, adolescentes y jóvenes de  las comunidades populares del estado Carabobo. Este esfuerzo tiene tres ejes fundamentales, a saber: 1) la promoción de instrumentos de exigibilidad de los derechos humanos como medio del fortalecimiento del estado de derecho para alcanzar la justicia; 2) la búsqueda de la equidad social como vía para superar los niveles de pobreza que vive nuestra sociedad, tanto en el plano material como en lo espiritual y; 3) el fortalecer los valores democráticos a través del ejercicio de la participación protagónica de la sociedad, particularmente de la población juvenil. De modo que, cualquier persona que crea que estas orientaciones pueden serles útiles recibe nuestro consentimiento para hacer uso del mismo. En el Colectivo CEIDES pretendemos compartir no solamente sueños y esperanza, sino también el resultado de búsquedas y conocimientos adquiridos.


 Dicho material es de interés didáctico para CEIDES y fue elaborado por Sabino Linares López. Cualquier persona o grupo puede hacer uso del mismo para promover  fines similares a los nuestros. Valencia, octubre de 2010.

Fuentes Consultadas:
Asociación canadiense de Salud Metal y Organización Panamericana de la Salud, (2003) Manual de Participación Juvenil –Trabajando con los Jóvenes.  Consultado en octubre 2010. www.paho.org/Spanish/AD/FCH/CA/trabajarjoven.pdf
Blum, Robert (1996). Toward a New Millenium: A Conceptual Model for Adolescent Health.  Organización Panamericana de la Salud.  Washington, D. C.
Hart, Rogar A. (1993). La participación de los niños: de la participación simbólica a la participación auténtica.  Bogotá.  Citado en Liebel, Manfred.  "Protagonismo Infantil".  Editorial Nueva Nicaragua. 1994.
Krauskopf, Dina (1997). La Sexualidad y la Salud Reproductiva en las políticas de Juventud en América Latina.  Conferencia Regional sobre Salud Sexual y Reproductiva en la Adolescencia.  San José, Costa Rica.
Lechner, Norbert (1997).  Reforma Política y Desarrollo en América Latina: Los retos del Nuevo Silo.  Conferencia magistral, VII Curso Interamericano de Elecciones y Democracia.  Instituto Interamericano de Derechos Humanos.  San José, Costa Rica.
Lütte, Gérard (1991).  Liberar la Adolescencia.  La Psicología de los jóvenes de hoy.  Herder.  Barcelona.
Trilla, Jaume, Novella, Ana. (2001) Educación y participación social en la infancia. Revista Iberoamericana de Educación. Número 26. Mayo - Agosto de 2001. OEI Ediciones.



           


miércoles, 6 de octubre de 2010

Nuestra Dirección

Urb.Las Acacias,Av. Principal No 97-116.Valencia. Edo Carabobo.Venezuela.
Correo Electrónico: ceides.ve.@gmail.com
0414-4362364---0414-4375739---0424-4257474---0412-7589773.

Capacitación en Temas relacionados con infancia y Adolescencia

Realizamos talleres,cursos,foros,coloquios,encuentros y seminarios de prevención de la violencia,embarazo a edad temprana,promoción de la convivencia escolar,participación,desarrolllo de habilidades para la vida y Derechos Humanos.

Incidencia pública

Emprendemos acciones de exigibilidad de Derechos Humanos,tanto por la vía judicial,como a través de mecanismos alternativos (asesoría,movilización social,información,intercambio) con la finalidad de hacer mas efectivo el cumplimiento de los Derechos Humanos,generando espacios de articulación con otras organizaciones,instituciones educativas o particulares para prevenir o actuar cuando los derechos son amenazados o quebrantados.

martes, 5 de octubre de 2010

Promoción

Promoción:  Nos proponemos alcanzar una mayor presencia de los Derechos Humanos,particularmente de las personas y sectores más vulnerables,como la niñez,adolescencia,jovenes,mujeres y adultos mayores en los medios de comunicación y en la Agenda Pública.

¿Que Hacemos?

Promoción

Incidencia Pública

Capacitación en Temas relacionados con infancia y adolescencia

Objetivos

Fomentar la participación ciudadana en y desde la organización comunitaria con una visión democrática y autónoma en los diferentes escenarios de toma de decisiones a fin de incidir en la generación de los cambios y transformaciones que el país y la sociedad requieren.

Promover,difundir y defender los Derechos Humanos, particularmente de las personas mas vulnerables,como la niñez,adolescencia,personas con discapacidad,mujeres y adultos mayores,desde una perspectiva de género e inclusión social.

Capacitar a la población en función de crear una cultura de exigibilidad y defensa de los Derechos Humanos.

Propiciar y acompañar acciones comunitarias que tengan como finalidad la transformación y humanización de las condiciones de vida de sus integrantes

Nuestros Principios

Somos una organización fundada en 1999,conformada por personas dedicadas a la defensa y promoción de los Derechos Humanos,así como a otras actividades de caracter comunitario,educativo,cultural y social,sin filiación politico-partidista ni religiosa. Nos motiva desarrollar acciones generadoras de cambios sociales, orientadas hacia el mejoramiento de la calidad de vida de la población. Los principios que nos orientan son :

Inclusión de los diferentes actores sociales de las comunidades menos favorecidas (infantes,adolescentes,jóvenes,mujeres,adultos mayores,discapacitados y grupos minoritarios).

Promover la participación activa de los grupos beneficiarios en la elaboración,ejecución y evaluación de los proyectos y su incorporación en movimientos comunitarios.

Compromiso con los sectores excluidos y deprimidos económicamente para la busqueda del mejoramiento  en la calidad de vida de sus habitantes.

Planificación y ejecución de proyectos sociales con una perspectiva de Derechos Humanos y dignificación de los pobres.

Misión

Generar una red de organizaciones comunitarias,orientadas a la promoción de una cultura por la dignidad humana,alentando la inclusión social y la participación protagónica con conciencia de exigibilidad,impulsando,difundiendo y defendiendo los derechos humanos,desde una perspectiva generacional para garantizar la incidencia en las politicas públicas y en la construcción de un Estado Democrático de Derecho y Justicia Social.

Visión


  • Una sociedad organizada y fortalecida,con conciencia de exigibilidad de sus derechos,bajo una cultura de participación ciudadana,articulando organizaciones comunitarias autónomas,desde una perspectiva generacional,en la cual se integre a la infancia y adolescencia como sujetos plenos  de derechos para emprender acciones reivindicativas,destinadas a su valoración como ciudadanos comprometidos con los destinos de la humanidad ;dentro de una concepción ética de equidad social, solidaridad, justicia y de paz.

lunes, 4 de octubre de 2010

Documentos




La bicicleta: la Única amenaza


En ningún sitio elegante  o  full “fashion” permiten entrar  a una bicicleta, quizás  a un ciclista, hablamos de Centros Comerciales con atmosfera artificial o clubes con gente que por hablar castellano juran ser descendientes de Isabel “la católica” y claro primos de Juan Carlos.Alli hay gente tolerante con cualquier estravagancia, menos con una bicicleta y por estas razones si penetra un rinoceronte amaestrado, a nadie le importa mucho. Pero apenas una persona entra con una bicicleta se produce un revuelo excesivo y el vehiculo es expulsado con violencia a la calle  mientras el ciclista es humillado fervorosamente por los vigilantes o vigilantas.
Para una bicicleta, ese aparato dócil y de conducta en extremo modesta, constituye una humillación y burla la presencia de avisos altaneros que la detienen en las puertas de las murallas cristalizadas de la arrogancia. Se sabe que las bicicletas han tratado  por todos los medios de remediar su triste condición social. Pero en absolutamente todos los países de la tierra “está prohibido entrar con bicicletas “.Algunos agregan “y gente que se queje de lo precios”, lo cual duplica en  las bicicletas y en los pobres su complejo de inferioridad. Un perro con linaje, una tortuga y hasta un conejo, pueden en principio entrar en el Sambil o el Palacio de Justicia, sin ocasionar más que sorpresas, gran encanto en el salom de Informática  o  lo sumo una orden a “seguridad” para que procedan a expulsar a los intrusos. Esto ultimo puede suceder pero no es humillante, primero, porque solo constituye una probabilidad entre muchas y segundo porque  nace como efecto de una causa  y no de una maquinación preestablecida  por la industria automovilística, la misma que destripó los trenes  y horrendamente imprime en chapas de aluminio o bronce, tablas de la ley inexorable, discriminaciones  que aplastan la sencilla espontaneidad de las bicicletas, seres inocentes.
De todas maneras, ¡cuidado, gerentes automovilísticos! también las rosas son ingenuas y dulces pero hieren. No ocurra que las bicicletas amanezcan  un día cubiertas de espinas; que las astas de sus manubrios crezcan y embistan, que acorazadas de furor arremetan en legión contra los cristales de las compañías aseguradoras de automóviles,  generando una baja general de acciones  y depresiones letales en sus dueños bajo la mirada perpleja de sus contratistas de seguridad.  

                               (a los 96 años de Julio Cortazar, gran ciclista)